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Puteo moderado ajeno... algo con lo que disfruto.
Hace un par de horas he puesto un pequeño acertijo para encontrar la dirección de este blog, destinado a mi amiga Z; no puede hacerse una idea, querido lector, de cuánto estoy disfrutando viéndola partirse los cuernos, probando tanto tonterías como cosas rebuscadas, intentando sonsacarme pistas sin que lo parezca...
...y me he acordado de cuando era pequeño. Disfrutaba sobremanera cuando regañaban a mi sobrina M y a mi no (sobre todo si era por algo que yo había hecho), me regocijaba en las pequeñas desgracias ajenas: gente a la que se le cerraban las puertas del tren en las narices, que tropezaba en una escalera, a la que se le venían abajo sus meticulosamente preparados planes... Y también haciendo desesperar a la gente, bendito subidón.
Creía que todo eso habia pasado, pero esta noche he podido volver a saborearlo. No en las mismas circunstancias, no en la misma intensidad... pero era lo mismo. E igual a lo que siento cuando pienso que nadie va a leer esto, y que sin embargo aquí está. ¿Existirá un nombre para esto, aparte de cabrón? ¿Morbo?
Quizás la moraleja de todo esto sea que sigo siendo una mala persona, aunque a un nivel diferente. Que le vamos a hacer.
O cuando 1, pudiendo ser 3, quiere ser 2.
Todavía, aunque menos, puedo sentirlo.
Está dentro de mí.
Lo malo no es estar vacío, sino lleno.
Oda al miedo de una posibilidad futura a algo pretérito, pero proyectado al presente, pues sólo importará aquí y ahora.
P(t): Edito para decir esto: esta noche dormiré. Hay miles de premios .
En nombre de Internet todopoderoso, yo te bautizo.
Te bautizo en el nombre de Google, de Wikipedia y de Emule.
Y tu nombre será Irmiá.
Amén