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Un olor a orina y gofres nos anuncia que estamos en Sol.
Andar, andar, peldaños, peldaños, andar, peldaños, peldaños, andar.
Gente andando sin tocarse, y hablando sin escucharse. Ruido.
El cielo encapotado trasluce algunos claros.
Andar, andar, y ver, y ver, y volver a ver.
“Son doce con noventa y cinco”, me dice; contengo la rima fácil y le pago.
Teléfono. Segunda parte con cena, y regalo.
El cielo encapotado oscurece
Frío.
Promesa.
No pienso, luego no existo. O algo así.
El cielo ya no está encapotado, se ven las estrellas.
¿Mujeres? ¿Qué tal salió?
¿Cuál fue la promesa?
Queremos saber.
Yo también quiero saber.
Tú transcribe literalmente la conversación y ya te la traduzco yo ^__^
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